Antonio nos comenta:
“Bon día Juan, te mando el lavadero de Navalón de Arriba que es una pedanía de Enguera (Valencia), cubierto a dos aguas, con fuente de dos caños que le suministra el agua, esta rehabilitado. El lavadero se localiza en la Calle de San Antón, a escasos 50 metros de la iglesia de Ntra. Señora de Belén”
En el cartel informativo que hay junto al lavadero se puede leer:
Ocupa un espacio de unos 250 metros cuadrados, de los cuales el edificio propiamente dicho tiene 58 de planta.
El lavadero es una construcción muy sencilla de planta rectangular y cubierta a dos aguas de vigas de madera y teja moruna. Es un edificio abierto por uno de sus lados estrechos, concretamente el más cercano al centro urbano.
La cubierta se sustenta sobre los tres muros de la construcción y sobre pilares o pies derechos en el eje del edificio que sustentan la viga cumbrera, sobre la que descansan las viguetas o albardas que a su vez sustentan el tablero.
La iluminación la recibe por el lado abierto de la construcción y por dos grandes que cubren prácticamente la totalidad del muro derecho, conforme se accede al mismo. El vaso del lavadero es, como el mismo edificio, de planta rectangular. Se adosa a la pared del fondo, por lo que no se puede rodear su perímetro caminando, de dimensión más reducida que los laterales. Para facilitar el lavado se instalaron losas de piedras, inclinadas, que finalizan en una conducción de media caña que facilita la evacuación del agua sobrante.
El vaso del lavadero se encuentra permanentemente lleno gracias al caudal de la fuente de la que se abastece.
A lo largo de los dos muros más largos se construyó un poyo o banco corrido, el cual se puede emplear tanto para descansar como para dejar la cesta de la ropa.
El suelo del lavadero se encuentra por debajo del nivel de la calle, se han de descender varios escalones, de dos pequeñas escaleras situadas a ambos extremos del acceso. El desnivel es para aprovechar la gravedad para llenar el vaso del lavadero.
La colada hasta finales del siglo veinte fue un trabajo exclusivamente femenino. La ropa se llevaba hasta el lavadero en cestos, canastas o barreños de cinc. El proceso de lavado consistía en remojar la ropa, enjabonar, frotar y restregar y aclarar. En ocasiones había prendas que se debían golpear para limpiarlas como es el caso de las sabanas. También existía un orden de lavado según el tipo de prendas, lo primero en lavarse solía ser la ropa más delicada, después la interior, más tarde se lavaba ropa de cama y de cocina y para el final se dejaba aquella que contenía más suciedad o con manchas difíciles. Las prendas grandes como las sabanas o mantas, requerían en ocasiones el consumo de más de una mujer para lavarlas. El proceso concluía con el secado, en el caso de las prendas blancas se extendían, siempre que fuera posible, para que les diera el sol y se blanquearan.
Para lavar la ropa se empleaba en jabón realizado en cada casa a base de sosa caustica, agua y aceite. Es un producto completamente biodegradable, como lo demuestra el posterior aprovechamiento para regadío de las aguas sobrantes del lavadero. El lavadero era además un lugar de socialización, donde las mujeres podían compartir un rato de conversación durante la realización de la dura tarea de la colada.
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