Fotografías tomadas por Manuel Martín Fernández el 23 de septiembre de 2024 en Villoslada de Cameros, municipio situado en la comarca de Camero Nuevo. Comunidad autónoma de La Rioja.
Manuel nos comenta:
En la solitaria visita también descubrí, como no, los Lavaderos públicos de Villoslada, con sus normas de uso y todo. Hasta un segundo vecino me cuenta que su rehabilitación no fue nada afortunada, pues el suelo, como se puede apreciar en las fotos, fue abusivamente recubierto de cemento y eliminó la altura de las pilas ante las que se arrodillaban sus usuarias a lavar la ropa, dejando un suelo raso a la altura de la pila. Increíble restauración más propia de "Manolo y Benito", que de quiénes tienen que preservar un emplazamiento histórico. Cómo curiosidad, decir que este lavadero se beneficiaba de las "aguas calientes" surtidas de otro río más templado que en invierno hacia menos duro a las mujeres este trabajo, dada las habituales bajas temperaturas del agua directa del río Iregua.
Texto de: Ayuntamiento (Oír audio)
Lavadero
de Agua Caliente
Hacemos un alto en nuestro camino para comprobar cómo Villoslada ha conseguido conservar algunos testigos de la vida civil en otras épocas. Un buen ejemplo es el lavadero de agua caliente, rehabilitado y equipado para su interpretación.Hasta la generalización de la introducción del agua corriente, a comienzos de los sesenta, los lavaderos eran auténticos centros sociales, especialmente para la población femenina. En ellos, se daban a conocer las pequeñas noticias del día a día y se difundían también valiosos elementos de la tradición oral (canciones, historias, dichos y refranes, poemas y otros).En el siglo pasado convivieron en el pueblo al menos hasta 3 de estas instalaciones, uno a la entrada con una canalización del río Iregua que tiempo antes dio servicio también a la fábrica de paños, otro en la parte alta del pueblo con agua del río La Canal y el que estás viendo, denominado ‘de agua caliente’ y muy apreciado en el frío invierno porque su temperatura era algo más llevadera al estar su canalización más protegida por la ladera.En su interior, también se muestran varios elementos de una de las fraguas de herrería. Entre ellos, distinguirás herramientas características como el yunque sobre el que se trabajaban con golpes de martillo los metales previamente calentados o el gran fuelle con el que se aportaba aire para avivar la combustión.
Gracias Manuel. Penoso, el resultado de la restauración. Es un reflejo de la gran ignorancia sobre la forma en que se lavaba y sobre la arquitectura de los lavaderos. Un lavadero no es un agrevadero ni una alberca. Cuya responsabilidad entiendo que recae en quien canalizó la reforma, no en los que la ejecutaron.
ResponderEliminarHola, Beatriz.
EliminarTienes toda la razón: la rehabilitación de estos espacios no debe dejarse en manos de aficionados. Cualquier intervención que no esté supervisada por profesionales especializados en arquitectura, tradiciones y patrimonio está destinada al fracaso
Saludos y gracias
Abrevadero, perdón
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