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En Pompeya se han descubierto hasta 18 lavanderías tras las excavaciones de la ciudad, una actividad de altísima estima en la época. Los comercios dedicados a la actividad de la lavandería eran conocidos como fullonicas.
Posiblemente la más famosa de éstas en la ciudad de Pompeya sea la fullonica de Stephani, o Stéfano, en excelentes condiciones, y entre las más grandes de la ciudad.
La fullonica de Stéfano, un adinerado comerciante de la ciudad que seguramente muriera en la gran erupción que acabó con Pompeya, fue en un periodo anterior una casa señorial, pero se reconstruyó y se adaptó para la nueva actividad comercial.
En este negocio se utilizaron una serie de tanques para el lavado, con la curiosidad de que se utiliza agua y orina para limpiar determinadas ropas debido al amoniaco que tiene esta sustancia.
El amoniaco junto con cal y cenizas conseguía extraer las manchas de las túnicas, togas y manteles. Su obtención era curiosa, desde importado en ánforas de remotos lugares o recogido en las letrinas públicas e incluso, como en los actuales urinarios de un centro comercial, directamente desde las paredes de la fullonica donde había dispuestas medias ánforas perforadas en su base para que los transeúntes pudiesen aliviar sus vejigas paseando por el pórtico. En Pompeya pueden leerse letreros en las paredes que invitan a hacerlo.
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