El edificio sorprende por su monumentalidad y la armonía de sus proporciones
CESAR DELGADO
Betanzos conserva una construcción singular de 1902: un gran edificio consagrado al oficio de lavar. Las lavanderas hace tiempo que ya no lo habitan, pero no es difícil imaginárselas todavía al pie del río Mendo.
XESÚS FRAGA
REDACCIÓN / LA VOZ 23/03/2019 05:00 H
Mucho antes de que se empezasen a ver lavanderías automáticas en las calles, antes de que la lavadora y la secadora se convirtiesen en electrodomésticos imprescindibles, se lavaba en los ríos. Era un trabajo duro, expuesto al rigor de los elementos y a la incomodidad de trabajar sobre una piedra lisa desde la ribera. Y era un trabajo exclusivamente femenino, convertido por no pocas mujeres en un medio de vida, quienes poco a poco fueron contando con instalaciones que facilitaban su labor.
Betanzos conserva a orillas del río Mendo un edificio singular, consagrado por entero a las lavanderas. Inaugurado el 17 de agosto de 1902, su construcción fue auspiciada y sufragada por los hermanos García Naveira, entre cuyo legado benéfico se conoce sobre todo el parque del Pasatiempo, y que también promovieron dos escuelas, un asilo y este lavadero, entre otros.
Las dos filas de pilones permitían lavar en función del caudal del río;
hoy están llenos de lodo / CESAR DELGADO
El lavadero dispone de una segunda planta en la que tender la ropa / CESAR DELGADO
Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX el lavadero era una instalación muy utilizada.
Visto en: lavoz
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